La Asociación de Amigos de la Catedral de Tarazona -en 1993-
Fue una asociación específica y concreta conformada con una vocación y un interesado afán de ayudar a defender y difundir el valor de la Catedral de Tarazona, su historia y su patrimonio.
Estimada la Catedral “como el primer monumento tanto ciudadano como diocesano de la Ciudad”, se reunieron en torno a su empresa un buen número de turiasonenses, unos presentes y otros ausentes.
En su corta, pero muy oportuna actividad “sus voluntarios” recuperaron su sede social, facilitaron visitas y entrevistas con los medios de difusión, comparecieron en la campaña de apoyo a las Catedrales del BBVA a favor del Cabildo, instalaron una digna exposición en el Palacio episcopal con fondos cedidos por el propio Cabildo, limpiaron jardines y libros, recuperaron ropajes, y organizaron numerosas conferencias y conciertos.
Entre tanto en el diario ABC, en su edición del 10 de noviembre de 1994 se leía el curioso titular: “La Catedral de Tarazona no podrá abrirse hasta dentro de dos años” en información procedente del Ministerio de Cultura… carente de cualquIer credulidad.
Y en el texto se recogían duras denuncias por su situación de abandono, las consignaciones presupuestarias de muy poca fiabilidad, etc. etc, y, sobre todo, la seguridad de que la declaración del titular citado, no se cumpliría ni en broma.
La prensa regional del mismo diario ABC recogía en marzo de 1995 otro llamativo titular: “La Catedral de Tarazona, diez años más en obras”, y manifestaba con suficiente elocuencia las pocas o nulas posibilidades que las Administraciones auguraban para nuestro primer templo.
Por su parte los Amigos de la Catedral publicaban el primer número de su revista HYDRIA en enero de 1997, y ya que no era posible otra opción, mostraban los claustros de la Catedral, en atención al interés manifestado por conocer “algo de nuestro templo”.
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José Luis Moreno Lapeña 